La
Voluntad
En el
diccionario Strong, concordancia H7522, conseguimos la siguiente definición de
voluntad: Ratsón: voluntad, benevolencia, favor, buena voluntad,
favorecer, aceptación, completo deseo; de igual manera esta la palabra Nedabah: voluntaria, voluntarias,
voluntad, espontaneidad, espontáneo, un espontáneo, abundante regalo,
libremente. Lebab: corazón, corazones,
voluntad, hombre interior, mente. Reuth: voluntad, placer.
Tseba: quería, quisiere, deseo, estar inclinados,
se complace. Strong: G2307
Dsélema: Determinación, elección,
alternativa, propósito, decreto, inclinación, querer, voluntad, agradar.
Bíblicamente son usadas en los
siguientes versos:
2 Crónicas 15:15 Y todo Judá se regocijó a causa del juramento,
pues habían jurado con todo su corazón que lo buscarían con toda su voluntad.
Y así Él dejó que lo hallaran, y YHVH les dio paz en derredor.
Salmo
40:8 Dios mío, el hacer tu voluntad me
ha agradado, Y tu Ley está en mis entrañas.
Salmos 110: 3 Tu pueblo se ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder;
en el esplendor de la santidad, desde el seno de la aurora; tu juventud es para
ti como el rocío.
Salmo 119:118 Te
ruego aceptes las ofrendas voluntarias
de mi boca, oh Señor, y enséñame tus ordenanzas.
Hechos 13:22 “He hallado a David, hijo de Isaí, un
hombre conforme a mi corazón, que hará toda mi voluntad. (Biblia de las américas)
Hechos 13:22 Hallé a David, el de Isaí, un varón conforme a mi
corazón, el cual hará todos mis deseos.
(Biblia textual)
A partir de estas
definiciones y versos podemos sintetizar que la voluntad es el motor que mueve
al hombre, el combustible de este motor es el deseo; es lo que lleva al hombre
a hacer o no hacer. Todo hombre se mueve según una voluntad.
Está muy ligada al corazón,
y traducida literalmente como tal. Voluntad también es definida como deseo el
cual nace del corazón. Como lo vimos en las definiciones, está plasmada de esa
manera. Entonces, la relación de palabras nos hace ver que tanto voluntad como
deseo y corazón tienen nexos existentes.
Según el libro de Wachman Nee en su libro “el hombre
espiritual”:
“La voluntad del
hombre es la facultad con la cual toma decisiones. Estar dispuestos o no,
preferir esto o aquello y decidir o escoger, son funciones de nuestra voluntad.
La voluntad del hombre es como el timón de un barco. Así como un barco se mueve
según lo guíe el timón, el hombre se mueve según su voluntad.”
Cuando decimos querer hacer
la voluntad de Dios, es querer cumplir sus deseos y que nuestros deseos sean
los suyos. Dios no quiere que solo conozcamos su voluntad, si no que nuestra
voluntad sea conforme a la suya, es decir, que sus deseos sean nuestros
deseos. Es por eso que David recibe la
característica de “conforme al corazón de Dios”, los deseos de David eran los
del Padre.
Hacer la voluntad del Padre
es ejecutar sus deseos. El propósito de Dios no es quedarnos en el conocimiento,
si no que este llegue a nuestra voluntad, cuando algo se convierte en voluntad,
se convierte en un deseo interior. No es lo mismo conocer lo que Dios le agrada
a desear hacer lo que a Dios le agrada.
VOLUNTAD DEL PADRE SOBRE LA
NUESTRA
Juan 5:30 Yo no puedo hacer nada por iniciativa mía; como oigo, juzgo, y mi juicio es justo porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió
Para que la voluntad de Dios sea hecha, la voluntad del
hombre debe rendirse. No puede el hombre conducirse en una voluntad dividida,
es como tener dos corazones. Jesús aun necesito rendir su voluntad para hacer
la del Padre, un ejemplo de esto es en el Getsemaní:
Mateo 26: 39 Y
yendo un poco más adelante, cayó sobre su rostro, y orando dijo: ¡Padre mío, si
es posible pase de mí esta copa! pero no como Yo quiero, sino como Tú.
Este es un ejemplo de una voluntad rendida, nuestra
voluntad debe estar constantemente siendo puesta debajo de la voluntad del
Padre. Hasta que su voluntad, es decir, sus deseos, sean los nuestros.
-El
principio de rendir nuestra voluntad a la del Padre es la renovación de nuestra
mente:
Romanos 12:2 No os adaptéis al mundo, sino sed
transformados por la renovación de la mente, para que comprobéis cuál es la
voluntad de Dios: Lo bueno, lo aceptable y lo perfecto.
Solo
una mente renovada puede verificar si un deseo (voluntad) es o proviene del
Señor.
Hacer la voluntad y no solo obedecer
Hacer la voluntad del padre está
muy lejos a simplemente obedecer o cumplir un mandamiento o la ley. Esto Jesús
lo demuestra en el sermón del monte, llevo el obedecer al desear:
Mateo 5:27-28 Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio.” Pero yo
os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio
con ella en su corazón.
Los que vivían bajo la ley,
obedecían leyes sin que su corazón estuviera involucrado y sin que fuese ese su
deseo, solo obedecían mandatos. Jesús reformo todo esto y lo llevo a un nuevo
nivel.
La religiosidad es tratar de
obedecer sin que eso sea un deseo. El hecho de hacer algo sin que sea un deseo
te convierte en religioso. El cumplir la
ley y los mandamientos nunca fue suficiente para Dios, Él anhelaba que el deseo
del hombre estuviera involucrado en cada paso que daba. El hombre obedecía pero
su corazón (deseo) lejos estaba de Dios. El señor muchas veces les dijo de
labios me honran pero su corazón está lejos de mí.
El amor está muy ligado al deseo,
no se desea lo que no se ama.
Mateo 6:24 Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará
al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a
las riquezas. (Véase servir como cumplir los deseos de otro).
A la iglesia de Éfeso, se le
reclama haber perdido el primer amor, habían cumplido con muchas cosas, se
podría decir que eran perfectos según sus obras, pero sus obras no estaban
acompañadas del amor. Dios les dice que vuelvan a sus primeras obras, estas
obras estaban motivadas por el amor y el deseo.
Esto se puede llevar a hoy día
como iglesia, muchas veces, hacemos muchas obras por rutina o compromiso
dejando a un lado el amor y el deseo por hacer la obra de Dios. Todas las cosas
que hacemos deben estar motivadas por el amor, el cual nace del deseo.
1 corintios 13: 1 Si yo hablara en lenguas humanas y angélicas, y no
tengo amor, vengo a ser como el bronce que resuena, o un címbalo que retiñe. 2
Y si tuviera profecía, y entendiera todos los misterios y toda la ciencia, y si
tuviera toda la fe, de tal manera que removiera montañas, y no tuviera amor,
nada soy. 3 Y aun si repartiera todas mis posesiones, y entregara mi cuerpo
para gloriarme, y no tuviera amor, de nada me sirve.
-
Aquellos que hacen la voluntad de
Dios son oídos por el Padre
Aquellos
que hacen su voluntad son oídos por el Padre (Sabemos que Dios no oye a los
pecadores, pero si alguien es temeroso de Dios y hace su voluntad, a éste oye.
Juan 9:31).
El deseo debe ir acompañado de acción:
Proverbios 13:4 El alma del perezoso desea, y
nada alcanza, Pero el alma del diligente será gratificada.
Proverbios 21: 25-26 Los deseos del perezoso
lo matan, Pues sus manos no quieren trabajar, 26 Todo el día desea y más desea,
Pero el justo da y no escatima.
Podemos
concluir que para que nuestra voluntad sea alineada a la voluntad del Padre
tanto nuestro corazón, deseos y aquellos anhelos que tengamos deben venir de
Él. Cuando algo viene de Él permanece y si pedimos cualquier cosa conforme a la
voluntad del Padre lo cumplirá.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario